Esta mañana me dió por desayunar con una buena taza de café con leche (para los que no lo sepan, me quité del café nada más volver de Italia y, de momento, no he querido volver a coger tan sana costumbre para no depender de la cafeína). Y resulta que, aún sin tener sueño ni nada por el estilo, tres horas más tarde me tomé un segundo café, como se suele decir, "asín porque si". ¿Resultado? Bajonazo físico-anímico que te crió.
¿Alguien lo entiende?
Yo no, así que después de llamadas desesperadas a Nico, seguí su consejo y me eché una buena siesta, seguida de una ducha al despertar y... ¡al final he preparado mis clases de mañana con una velocidad y concentración nunca vistas!
Repito: ¿Alguien lo entiende?
Como no me lo explico y, sinceramente, me da lo mismo ya, porque ni yo misma me entiendo, os cuento que he aceptado la invitación de mi colega-amiga-vecina Pascaline y, dado que hoy es el día del crêpe en Francia... ¡me voy a su casa y me pongo púa! ¡Wihi!
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