Uno de los objetivos de quedarme en Roma esta Semana Santa, era poder ver y disfrutar de las manifestaciones religiosas (o no religiosas) que se celebran en Roma estos días. El tiempo no ha estado de mi parte, y he estado a punto de quedarme metida en casa todos los días. Pero ha bastado una simple llamada, la confirmación de que me tenía que dar un poco el aire, para decir: ¡Sí! ¡Qué importa que esté cayendo el diluvio universal desde hace tres días! ¡Vámonos a ver la bendición del Papa! Y esto es lo que he conseguido:


Cuando la ausencia me envuelve. Cuando las palabras son mudas. Cuando la música es sentimiento, y los sentimientos, ironía.
Hablar por hablar, y escribir por escribir. Repetición de estructuras, de esquemas y de ritmos. No sé si vale la pena. No sé qué quiero reflejar, si es que quiero reflejar algo. Sonidos que son mudos pero que a la vez son todo. Agua que cae, el sonido de una ducha, el clic de las teclas… Silencio.
¿Por qué estoy escribiendo? Pura necesidad. Espero el sonido de una puerta que se abre para decir: Basta. Fermati. Quieta.
Manos cansadas. Mente cansada. Cuerpo cansado. Dudas y pensamientos. ¿Adónde me va a llevar? ¿Me importa a caso que signifiquen algo?
Empiezo a pensar que no.

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Quando l'assenza mi avvolge. Quando le parole sono mute. Quando la musica è sentimento, e i sentimenti, ironia.
Parlare per parlare, e scrivere per scrivere. Ripetizione di strutture, di scheme e di ritmi. Non so se ne vale la pena. Non so cosa voglio riflettere, se mai voglio riflettere qualcosa. Suoni che sono muti ma che alla stessa volta sono tutto. Acqua che cade, il suono di una doccia, il click dei tasti... Silenzio.
Perchè sto scrivendo? Pura necessità. Aspetto il suono di una porta che si apre per dire: Basta. Párate. Ferma.
Mani stanche. Mente stanca. Corpo stanco. Dubbi e pensieri. Dove mi porterà? Per caso me ne importa se significano qualcosa?
Comincio a pensare di no.
Ya sé que es obvio, y que lo habréis escuchado mil veces, pero es que yo me sigo sorprendiendo con la gente.

Estábamos cerca de Castel Sant'Angelo Alex, MJ y compañía, cuando de pronto se escuchan unas sirenas y prácticamente un camión de bomberos se nos viene encima. Después de los consecuentes gritos asustados de Cristina (que, obviamente, se escucharon en media Roma), y tras mi consiguiente momento de vergüenza por el momentazo escándaloso que acabábamos de vivir, vimos cómo más camiones de bomberos y tantos otros coches de policías y carabinieri se precipitaban locamente hacia el susodicho Castello.

La gente comienza a acercarse hacia el castillo, y nos damos cuenta con sorpresa que lo están desalojando. Por supuesto, los amigos de Alex quieren acercarse a ver qué pasa, y descubrimos que en lo alto del castillo hay un tipo que, según parece, quiere suicidarse. Algunas de los que estábamos allí queríamos irnos, porque el hecho de ver a una persona tirándose desde lo alto de un edificio para suicidarse, claramente no es lo más bonito de Roma, pero dado que el resto estaba ansioso por ver un poco de acción, tuvimos que quedarnos allí.

Hay que decir que gracias a la insistencia por parte de los que querían ver el "espectáculo", hemos conseguido este "documento gráfico" de valor inmensurable:

Como habreis podido comprobar (y si no, os lo explico), para alivio de unos pocos (y digo unos pocos porque allí la mayoría quería ver "sangre") el tipo finalmente no se tiró, ya que los bomberos lo quitaron del borde de la terraza a tiempo.

¿Moraleja de la historia? Que la gente está muy mal: Unos por querer suicidarse (o llamar la atención, quién sabe), y otros por ser más morbosos que otra cosa, y disfrutar con ese momento (por ejemplo, haciéndose fotos como quien se hace una foto con la torre de Pisa).