¿Para qué quiero más? Después de haber estado en la mejor pizzería de Roma y haber probado el mejor café de la Ciudad Eterna... puedo irme contenta.




¡No! ¿Pero qué digooo? Que va, que va, aún me queda mucho por ver y hacer... Esperemos que me pueda quedar hasta junio aquí (estamos en ello). ¡Deseadme suerte!
Paraguas, 3€; billete mensual del autobús, 18€; esperar más de media hora bajo la lluvia a que llegue un autobús y que te deje donde no es... no tiene precio. Para todo lo demás: Master Card.

En serio, que mierda de día. Es de esos que mejor no salir de casa. Será la lluvia, no lo sé. A decir verdad, hoy, después de una hora entre autobuses que no me llevaban a ninguna parte, esperas intermnables, ver que todo el mundo coge un autobús menos tú, tormentas, rayos y truenos... me he puesto medio paranoica. Y con razón, digo yo. Porque todos estos factores le hacen a una pensar: "A ver si va a ser esto una señal del cielo para que no vaya a casa y salvarme así de una catástrofe..."

Tendré que verificar mi teoría, y digo tendré porque ahora mismo estoy en el Mac Donald's escribiendo esto en mi libreta (obviamente, vosotros lo leeis en el ordenador). Sí, señores, he pensado que si esto es una señal, no voy a ser yo quien no le haga caso. Así que después de otro cuarto de hora esperando un autobús que, como ya os podéis imaginar, no ha llegado, me he venido aquí a comer.

Y es que se ve que, tome la decisión que tome hoy, no va a salir bien. Así que ya veremos qué autobús cojo ahora, dónde me lleva, y a saber dónde termino. En fin.. que eso, que hay días que es mejor no levantarse.

¡Hasta la próxima!

¡Cuánto tiempo sin escribir!
Son las tres de la mañana y he aquí que me encuentro escribiendo toda emocionada emocionadísima por una chorradilla que acabo de hacer. Pero así soy yo, o al menos así estoy desde que estoy en Roma, que lo flipo con nada. Vengo de cenar de casa de un francés, hemos estado allí todos charlando y tal, y he conocido a un italiano que vive por mi zona. Así que al volvernos me ha traído a casa en moto... Y si Roma es bonita por la noche, ¡mil veces más si la ves montada en moto! Qué experiencia... sí, genial. A parte, me ha hecho plantearme más seriamente la idea de comprarme un "motorino" de segunda mano.
Bueno, en este tiempo la verdad que he hecho muchas cosas, no me puedo quejar. Para empezar, estuve en una mostra de "Bernini pittore" que, como os podéis imaginar me encantó, me emocionó y me ilusionó. (Para los que aún no lo sepan, amo a Bernini).
Al día siguiente fuimos a la mostra de Valentino en el Ara Pacis. Qué conjunción de arte: lo contemporáneo y la antigüedad reunidos en un mismo recinto, con una elegancia y majestuosidad increíbles. Mereció la pena.

El domingo, en cambio, fue el día de la eocología o algo por el estilo. Lo que nos interesa, al fin y al cabo, es que cortaron toda la Via dei Fori Imperiali hasta el Colosseo, y se podían alquilar bicicletas gratis. ¡Qué gustazo pararte en medio de la calle sin coches que intentan acabar con tu vida! Pero no nos bastaba a nosotras la seguridad de una calle cortada al tráfico, no. Teníamos que sentir el riesgo, y nos fuimos derechitas al mismo centro de Roma, en bici, eah. Pero bueno, después de pasado el peligro mereció la pena.
¡Luego llegó el gran puente de Todos los Santos! Y con él nuestra magnífica visita a Florencia. Cuatro días geniales y aprovechados al máximo. Tuvimos suerte de que el tiempo acompañara, porque el día anterior al viaje había caído el diluvio universal en Roma, y no las teníamos todas con nosotras. Menos mal que nos decidimos a irnos, y la verdad que estuvo genial. Todo un gustazo, señores.
Para despedirme os dejo con una foto de Florencia. ¡Un beso a todos!