Ahora ya sí que no hay vuelta atrás. Estoy en el tren que me lleva al aeropuerto, viendo cómo, poco a poco, me voy alejando de una ciudad que, en poquísimos meses, se ha convertido en mi casa.

He de reconocer que el día de hoy no ha sido fácil. Se ha ido Line, esta vez para siempre, y la verdad es que me he sentido super triste. No sólo por mí, porque no la vaya a ver, si no que creo que también, en algún modo, me siento reflejada, en el sentido que sentía como si fuese yo la que se iba definitivamente, y sentía ese vacío que sé que le ha quedado ahora que ha dejado Roma atrás.

Son muchas las personas que dejo atrás estas Navidades, gente con la que he compartido mucho, y que se han convertido en una parte esencial de mi vida en Roma. Sé que, si no fuese por ellos, Roma sería totalmente distinta. Por suerte, dentro de pocas horas me reencontraré con las gente que siempre está ahí, las personas que hacen que mi vida sea completa, y que, aunque no lo diga mucho, son muy importantes para mí.

Después de un día que parece no terminar, después de llantos, risas, melancolía, regalos, pizza, besos y abrazos... sólo me queda por decir: ¡a presto, Roma! y ¡ciao, di nuovo, Spagna!
... he echado un par de huevos a mi sartén. Dando volteretas he llegado al baño, me he duchado y he despilfarrado el gel... porque hoy algo me dice ¡que voy a pasármelo bien!

Hoy me he despertado de un humor increíble. ¡Sí, señores! ¡Milagro, milagro! Por si no lo sabíais, yo, por lo general, cuando tengo mil csas que hacer en el día, me bloqueo y no hago ni la mitad, se me baja el ánimo... una mierda, básicamente. Hoy, en cambio, mi estado de ánimo es inmejorable y, sinceramente, no lo entiendo. jajaja. Porque, en serio, tengo mil cosas que hacer; ir a la facultad a dejar una traducción, ver si están los apuntes para estudiar durante las Navidades... (bueno, esto ya lo he hecho, porque ahora mismo escribo en el bus hacia San Pietro) Y lo que me queda aún por hacer, que no es poco.
Y como si esto no fuese suficiente, resulta que viene esta tarde la coñazo de la propietaria del piso, porque nos ha comprado un regalo de Navidad (¡¡¿¿quién te ha dicho a ti que yo quiero que me regales algo??!!), lo que trae como consecuencia el tenerle que comprar un regalo a ella, el esperarla una hora como tontas porque, como siempre, se retrasará, el tener que aguantarla mientras habla de lo mismo de siempre y contenerme yo para no contestarle mal (ella lo sabe que soy capaz, por eso a mí no me llama ni me da el coñazo como al resto...¡muajajaja! [risa malévola]), sin olvidarnos del riesgo inminente de que nos fastidie la cena de esta noche queriendo venir con nosotras, o quedándose hasta tarde en casa, aun viendo mi cara de asco, que seguramente sería evidente...
¡Pero me da igual! Porque hoy estoy de super buen humor, porque el tiempo que tendré que aguantarla lo aguantaré y punto, porque (¡sí!) esta noche tenemos cenita especial de Navidad mis compis y yo, y porque (¡sí!) esta noche nos damos los regalitos.
Hoy todo mola, así que... ¡a disfrutar del día!

Ya ha llegado. Ahora sí. La Navidad se siente por toda Roma, y no cabe duda alguna: Hace un frío terrible, las calles están decoradas (algunas con más gusto que otras), el gigantesco árbol de Navidad de San Pietro y el Belén ya están puestos, y las calles están abarrotadas de italianos prácticamente histéricos que se lanzan a las tiendas dispuestos a llevarse todo lo que encuentren a su paso.

La Navidad aquí no es la misma que en España. Aquí el olor de las castañas no es tan intenso, y por un paquetito te cobran un pastón. No se comen polvorones, sino Panettone o Pandoro. Y como todos ya sabeis, en Fin de Año no comen doce uvas, sino que cenan su buen plato de lentejas, y se pasan la noche jugando a las cartas y al bingo. ¡Qué grandes son! Jajaja.

Eso sí, hay cosas que ni por Navidad cambian: La cola que se forma siempre fuera de la Tienda Disney no ha disminuido con la Navidad, ni tampoco, cosa extraña, se ha hecho más larga. La gente sigue abarrotando Via Condotti para curiosear los escaparates de Chanel y Valentino... Y yo... bueno, yo sigo loca por esta ciudad.

¡Feliz Navidad a todos!


Después de un poco de tiempo estoy aquí otra vez. Es muy típico de mí, y a la vez un tanto ilógico, el no escribir cuando más cosas me pasan. Lo lógico sería que, si me ha pasado algo, tuviese ganas de escribirlo en lugar de querer escribir y no poder porque nada ha sucedido... y es que se ve que yo tengo mi cupo: si hago muchas cosas, se me llena, con lo cual escribir aquí no cabe ya en el dichoso cupo... Cosas mías...
Bueno, como novedades os puedo contar que ha venido a visitarme Marifer (ahora todos los que no habeis venido aún a Roma, que sois muchos, debeis imaginaros mi cara con actitud reprochante), y la verdad que me ha encantado estor con ella de nuevo en nuestra ciudad. Hemos recordado grandes momentos, hemos comido Ciambella (imaginaos una especie de donut cuatro veces más grande y más bueno), hemos hecho el aperitivo, hemos ido a la Sinagoga de Roma y... ¡hemos ido a Napoli! (Mensaje para los detractores de esta ciudad, que me habían dicho que era fea...¡¿pero quñe gusto teneis?! ¡Si es una monería!) Un caos, eso sí, pero una ciudad super boniya y con unos olores... ¿es o no, Mf? Por cierto, tópico verificado: ¡La pizza de Napoli es la mejor del mundo mundial! Mis papilas gustativas lo confirman (xD). Y ahora me toca a mí deciros lo mismo que en su momento me dijeron a mí: "es que no te puedes hacer una idea de lo buena que está...", y es cierto, ¿eh? Así que, si me venís a visitar (esto es una especie de soborno), os podreis pasar por Napoli y disfrutar de esa maravilla de cocina que tienen.
Volviendo a mi vida normal, os cuento que ya he comenzado con mi trabajito. Le doy clases particulares al hijo de un diplomático guineano, y así podré tener un dinerillo para lo que me vaya haciendo falta en Roma, que no es una ciudad barata, como ya sabeis.
Para terminar, os digo que la "niña" sigue dando saltitos al volver a casa, lo cual quiere decir que todo va muy bien. =)
Os dejo que me voy a celebrar mi primer sueldo cenando comida marroquí.
¡Besitos a todos!



Llegó a casa dando pequeños saltitos. Era casi como flotar en el aire. Abrió la puerta principal y se dió cuenta de que, cosa extraña, al llegar esa noche a casa no moría de ganas por meterse en la cama y dormir muchas horas como tanto le gustaba. En cambio aquel día lo único que quería era seguir caminando, seguir dando pequeños saltitos que la llevasen a no importa dónde... sólo caminar.

Entró en casa. Se cambió. Mientras organizaba un par de cosas empezó a darse cuenta de que algo especial había ocurrido, aún sin saber todavía realmente cómo ni qué era.Se tumbó en la cama. La oscuridad de la habitación la invitaba a relajarse y reflexionar.

Finalmente cerró los ojos y entonces lo comprendió todo: La Ciudad Eterna la había atrapado... para siempre.

Os dejo aquí una entrada con un video de una artista que en España no suena apenas. La música que hace es muy especial. Espero que os guste


¡Hola, corazones!


La semana pasada vino a visitarme mi madre, y la verdad que nos lo hemos pasado genial. Hemos hecho de todo: a parte de tooodo lo que hay que ver, hemos estado a punto de sufrir una inundación, yo me caí en mitad de Castel Sant'Angelo, conocimos a un ruso guapetón... En fin, de todo un poco.



¡Besos para mi madre! ¡Y otros tantos para vosotros!